Ellen Van Hoeydonck partió en septiembre rumbo a Perú para trabajar allí durante un año como voluntaria. Después de tres meses allí nos cuenta cómo ha sido la experiencia hasta ahora:
¡Hola a todos los lectores del telegrama! Ya llevo aquí tres meses y os puedo decir que el tiempo vuela. Una cuarta parte de mi tiempo aquí ya ha pasado. Todo empieza a tomar forma poco a poco. Las primeras impresiones se han convertido en rutina diaria. Eso no quita que cada día experimente algo nuevo o me quede boquiabierta del asombro. El trabajo en el centro es muy variado. Durante las últimas semanas he preparado mi primera lección sobre “el desarrollo normal del niño”, he dirigido a Naty (la fisioterapeuta más joven del equipo) durante las terapias, he dado terapia yo misma y he hecho joyas para la tienda. La gran variedad y la motivación de todo el personal hace que el trabajo sea muy agradable. He de admitir que poco a poco me quedan claro las diferencias culturales y que hace falta un enfoque distinto de las cosas. Todo va mil veces más despacio aquí. El lema es “si no es hoy, será mañana”. Y es complicado a veces para una estructurada chica belga como yo. Pero esto hace que el reto sea aún más grande. La semana pasada fue el día de los derechos del niño. El equipo y los niños del albergue estuvimos en un mercado con todas las otras instancias en Ayacucho que trabajan con niños.